Introitus

La idea. Elaborar un cartulario definitivo, un archivo general que contenga todo sobre Agustín Aguilar Tagle, así como aquello que se dio, se da y se dará en torno a su persona. En la medida de lo posible, se evitará el uso de imágenes decorativas (se usarán sólo aquellas que tengan cierto valor documental). Asimismo, se prescindirá de retorcidos estilos literarios a favor de la claridad y la objetividad (la excepción: que el documento original sea en sí mismo un texto con pretensiones artísticas). El propósito. Facilitar la investigación biográfica, bibliogáfica, audiográfica y fotográfica posterior a la muerte de Agustín Aguilar Tagle, de manera tal que sus herederos espirituales puedan dedicar los días a su propio presente y no a la reconstrucción titánica de virtudes, hazañas, amores, aforismos, anécdotas y pecados de un ser humano laberíntico, complejo y contradictorio. El compromiso. Cuando busco la verdad, pregunto por la belleza (AAT).













martes, 31 de mayo de 2011

Aurélien

Hace algunos años, el canal 22 transmitió Aurélien, miniserie de 2003 dirigida por Arnaud Sélignac, basada en la novela que Louis Aragon publicó en 1945.

En dicha serie, la gran cantante alemana Ute Lemper, cuyos discos conocí  a través de mi amigo Raúl Bretón, hace el papel de Rose Melrose, cuya conducta amatoria la convierte en la mala de la película: su chocante cinismo nos hace odiarla, y vemos en ella a todas las mujeres que disfrutan del sexo fuera de nuestra jurisdicción (es decir, todas).

Durante la serie, uno se entera de las andanzas de este súcubo, de esta sabandija, de esta lamia retorcida.

Casada con el doctor Decoeur, Rose se vuelve amante de Edmond Barbentane, el igualmente cínico primo de Aurélien Leurtillois.

Otro personaje protagónico es Berenice, representada por Roman Bohringer, cuya belleza real ha sido en esta ocasión velada por los requerimientos de la historia: ella debe aparecer como una mujer no agraciada físicamente.

La historia transcurre en los años veinte, y el art decó está muy presente, y la iluminación elegida por Sélignac y su fotógrafo (Michel Mandero) es semejante al Mélo de Alain Resnai (1986), aunque acaso sin tantos claroscuros, por tratarse de algo hecho para televisión.

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