Introitus

La idea. Elaborar un cartulario definitivo, un archivo general que contenga todo sobre Agustín Aguilar Tagle, así como aquello que se dio, se da y se dará en torno a su persona. En la medida de lo posible, se evitará el uso de imágenes decorativas (se usarán sólo aquellas que tengan cierto valor documental). Asimismo, se prescindirá de retorcidos estilos literarios a favor de la claridad y la objetividad (la excepción: que el documento original sea en sí mismo un texto con pretensiones artísticas). El propósito. Facilitar la investigación biográfica, bibliogáfica, audiográfica y fotográfica posterior a la muerte de Agustín Aguilar Tagle, de manera tal que sus herederos espirituales puedan dedicar los días a su propio presente y no a la reconstrucción titánica de virtudes, hazañas, amores, aforismos, anécdotas y pecados de un ser humano laberíntico, complejo y contradictorio. El compromiso. Cuando busco la verdad, pregunto por la belleza (AAT).













lunes, 30 de mayo de 2011

¿Es la música un pollo rostizado?


...advierte el doctor Paul Weston (Gabriel Byrne) a Sophie (Mia Wasikowska) en algún episodio de la bellísima serie In Treatment. Y la afirmación, sin embargo, arranca mi pensamiento de la trama dramática. Decido apachurrar el botón de pausa, y saco un cuaderno.

UNO

Anoto (me salgo por la tangente): Las únicas acciones que podemos controlar son las nuestras. Y una de esas acciones se llama música. La música es acción controlada.

No estoy estoy muy seguro del valor de lo recién escrito. Sinceramente, no sé qué es la música. Y si no sé qué es eso, tampoco puedo afirmar que me gusta o que me disgusta.

Aunque prácticas, las dos primeras acepciones que ofrece la Real Academia de la Lengua Española siempre me han parecido estrechas: melodía, ritmo y armonía, combinados; sucesión de sonidos modulados para recrear el oído.

Thomas Clifton (citado por Wikipedia) dice que la música es la disposición ordenada de sonidos y silencios. Y el elemento añadido (silencios) enriquece el concepto.

Ensayo una definición más dilatada de música (para hacerlo, me inspiro en el mismo Clifton y en reflexiones hechas por Joscelyn Godwin en su introducción a La Fuga de Atalanta de Michael Maier):

La música es manipulación del sonido y del silencio
con el propósito de asombrar y generar la sensación
de algo procedente de otro nivel de existencia o de otro orden de ser.

¿Hay acaso otros propósitos en la manipulación del sonido y del silencio? ¡Sí, por supuesto! Enlistemos algunos de ellos: hacer bailar, despertar la nostalgia, insuflar bravura, luchar contra el silencio (práctica enloquecida en ciudades como la nuestra, temerosa secular del vacío), estimular glándulas mamarias, adormecer neonatos, contar tragedias a gritos, vender refrescos, propiciar el retozo del amor, atolondrar adolescentes, despertar quinceañeras, aliviar enfermos, causar alegría, consolar afligidos (como el consolatrix afflictorum de las rogativas lauretanas), luchar contra los rigores y los gustos de los padres, acallar inconformes...

DOS

¿Es la música una criatura geográfica, divisible? ¿Es la música un ente corpóreo con longitud, anchura y profundidad, res extensa como decía Descartes? ¿Puede la geometría señalar la música? ¿Podemos partirla en piezas, como si fuese un pollo rostizado?

No.

La música no es un ente, es una categoría del ser. No puede gustarme toda la música, porque no tiene partes para que yo elija de ella sus patas, sus alas o su muslo. De hecho, tampoco puede gustarme la música. La música no existe en sí. Existen las cosas con música, y todas las cosas que tienen música me gustan.

La música es acción controlada.

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