Introitus

La idea. Elaborar un cartulario definitivo, un archivo general que contenga todo sobre Agustín Aguilar Tagle, así como aquello que se dio, se da y se dará en torno a su persona. En la medida de lo posible, se evitará el uso de imágenes decorativas (se usarán sólo aquellas que tengan cierto valor documental). Asimismo, se prescindirá de retorcidos estilos literarios a favor de la claridad y la objetividad (la excepción: que el documento original sea en sí mismo un texto con pretensiones artísticas). El propósito. Facilitar la investigación biográfica, bibliogáfica, audiográfica y fotográfica posterior a la muerte de Agustín Aguilar Tagle, de manera tal que sus herederos espirituales puedan dedicar los días a su propio presente y no a la reconstrucción titánica de virtudes, hazañas, amores, aforismos, anécdotas y pecados de un ser humano laberíntico, complejo y contradictorio. El compromiso. Cuando busco la verdad, pregunto por la belleza (AAT).













domingo, 27 de febrero de 2011

Yer Blues

Tomo el taxi en la base del Metro Patriotismo. Antes, compro La Jornada en el puesto de periódico y, ya dentro del automóvil, me dispongo a revisar las notas principales. Pero el taxista trae encendido el radio: es la hora matutina de los Beatles. En ese momento, se escucha Yer Blues...

¿Por qué, por qué? ¡No me hagan esto, son las ocho de la mañana! Even hate my rock and roll.

Termina la canción. El conductor del programa (un analfabeta), vocifera deportivamente:

-¿Quién dijo que los Beatles no podían tocar pesado? ¡Ja!

¡Ay, Lennon, Lennon, cuántos crímenes se cometen en tu nombre!

No tengo tiempo de anotar el nombre del idiota en mi Lista de Exterminio, porque el taxista refuerza la estupidez con otra mayor, pronunciada con soberbia religiosidad:

-¡Los Beatles pueden tocar de todo!

El patetismo de lo vivido esta mañana me hará revisar la afirmación con la que inicié, hace años, un pequeño ensayo (El Triángulo Analógico). Ahí, digo que “es en el amor, en la fe religiosa y en el arte donde se concentran las experiencias más hondas del ser humano”. Bueno, sí, creo que es cierto; sin embargo y acaso por ello mismo, también es verdad que el amor, la religión y el arte son puentes sobre los que han aprendido a reptar muchos deficientes mentales.

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