Introitus

La idea. Elaborar un cartulario definitivo, un archivo general que contenga todo sobre Agustín Aguilar Tagle, así como aquello que se dio, se da y se dará en torno a su persona. En la medida de lo posible, se evitará el uso de imágenes decorativas (se usarán sólo aquellas que tengan cierto valor documental). Asimismo, se prescindirá de retorcidos estilos literarios a favor de la claridad y la objetividad (la excepción: que el documento original sea en sí mismo un texto con pretensiones artísticas). El propósito. Facilitar la investigación biográfica, bibliogáfica, audiográfica y fotográfica posterior a la muerte de Agustín Aguilar Tagle, de manera tal que sus herederos espirituales puedan dedicar los días a su propio presente y no a la reconstrucción titánica de virtudes, hazañas, amores, aforismos, anécdotas y pecados de un ser humano laberíntico, complejo y contradictorio. El compromiso. Cuando busco la verdad, pregunto por la belleza (AAT).













miércoles, 25 de mayo de 2011

Bacilio conoce a Lutgarda I

Texto escrito el 1 de mayo de 2007

El 26 de junio de 1990, Bacilio Macedonio Ruiz asistió a la primera conferencia de Guido Boratto sobre el inicio del pensamiento moderno, dictada en el Colegio de México y dirigida, en particular –según rezaba la convocatoria lanzada por medio de simples volantes-, a quienes creen que lo nuevo se inició apenas hace unos días.

El doctor Boratto habló de la pérdida del centro.

¿La pérdida del centro? ¿Dónde estoy parado, entonces?, pensó Bacilio, bromeando consigo mismo, mientras guardaba el volante entre las páginas de un libro.

De cualquier manera, la incuestionable autoridad del historiador y filósofo de 68 años era suficiente como para provocar la admiración del joven poeta Bacilio, autor apenas de Jitanjáforas del Fornicio pero hambriento siempre de escuchar a los grandes contemporáneos.

Ese día, don Guido explicó clara y detalladamente la diferencia entre dos concepciones del mundo físico, la medieval y la renacentista.

-En la primera, conforme a las ideas de Ptolomeo, el universo está constituido por siete esferas concéntricas, la primera de las cuales es el mundo sublunar, es decir, la Tierra; la última, fija, es la de las estrellas; más allá, sólo está Dios. En el mundo sublunar, a propósito, rige la duración y la corrupción; existe un centro (acaso Jerusalén, acaso Roma). El tiempo, es decir, la historia, cuenta con tres momentos principales: el Paraíso Terrenal, el tiempo de la redención mesiánica y, por último, la segunda venida de Nuestro Señor Jesucristo. En cuanto a la sociedad, ésta se halla, como todo, jerarquizada, y el individuo humano tiene un lugar específico en ella.


Bacilio escuchó atento las descripciones del doctor Boratto, y pensó en Paul Claudel (quien imaginaba a la sociedad medieval como una catedral gótica) y en El Gran Teatro del Mundo, de Calderón de la Barca, cuyo pensamiento parece inscribirse aún en épocas pre-renacentistas (para el dramaturgo, el mundo es una obra escrita por Dios, actuada por los hombres y apuntada por la conciencia).

Más tarde –dijo Boratto-, ya en el siglo XV, aparece La Docta Ignorancia, donde su autor, Nicolás de Cusa, afirma que no hay separación de mundos, sino que el universo es una explicación imperfecta de Dios...

Explicatio de lo complicatio -susurró Bacilio cerca del oído de la bella estudiante sentada a su lado, muchacha de piernas capaces de explicar la existencia del Primer Motor Inmóvil, e incluso de sostenerlo si eso fuera necesario. Ella volteó discretamente, para ver al poeta y regalarle una sonrisa. Acto seguido, un tanto desconcentrados, ambos retomaron el discurso de Boratto...

-El mundo es una esfera de radio infinito, dice De Cusa, una esfera cuyo centro está en todas partes y la circunferencia en ninguna. Y si la Tierra no está en el centro, entonces no es fija, además de que el cambio y la corrupción no son exclusivos de ella.

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