Fue apenas hace dos años, gracias a una amiga psicóloga, que descubrí a Edgar Morin (1921), cuya tesis de la transdisciplinariedad, desarrollada a fines de los sesenta, así como las consecuencias que tuvo dicha tesis en los escritos del filósofo sefardí durante la siguiente década, me parecen curiosamente muy cercanos a mis actuales preocupaciones.
Pero antes de seguir con Morin, debo confesar que mi interés por la filosofía tiene raíces acústicas. Escucha, lector, la frase: Epistemología de la Complejidad. ¡No es posible decirla, hay que cantarla! Epistemología de la Complejidad. Y ya cantada, algo en el corazón nos impulsa a ir más allá del enunciado. ¿Qué será eso que suena tan bonito? Bueno, pues en ésas estoy.
Es el sonido que surge en la verbalización de la filosofía el que me atrapa. Así, la palabra Accidente explota de colores cuando es entendida y escuchada como lo que le corresponde a algo contingentemente por no estar comprendido en su esencia. Y si alguna vez me acerqué a Hegel -nunca con seriedad y siempre para sólo chapotear en sus escritos- fue porque percibí toda una sinfonía en tres palabras: Fenomenología del Espíritu.
Algo semejante me pasa con Heidegger: su Dasein suena y cobra sentido sin necesidad de definirlo; pero incluso la definición es canción:
El dasein es la realidad primaria,
ahí donde el ser se capta a sí mismo
y en su sentido original; es el ser ahí,
es el ser arrojado a la existencia.
ahí donde el ser se capta a sí mismo
y en su sentido original; es el ser ahí,
es el ser arrojado a la existencia.
Para Heidegger, la filosofía debe concentrarse en el análisis del dasein; para mí, basta con escucharlo.
Pendientes
1. Una entrega más de Florilegio de Alborotos
2. Acercamiento tímido al pensamiento de Edgar Morin
3. La tanatología mitómana de Elizabeth Kubler-Ross
4. Acercamiento entusiasmado a la obra de Juan García Esquivel
5. La tercera y última entrega sobre Max Lichtenstein
6. La segunda entrega de NSG para Principiantes
7. La cuarta entrega de Ananías y el Silencio
8. Reflexiones sobre Vituperio de Orbanejas, de Sixto J. Castro
9. Encuentro con la precocidad literaria de María Martínez Marentes
10. Notas sobre El afinador de terremotos, de Stephen y Timothy Quay, y sobre Los libros de Próspero, de Peter Greenaway.
María Martínez Marentes escribe: Curioso que en el punto nueve se encuentre parte del punto dos, ya que el sujeto al que te refieres en el punto noveno se encuentra leyendo el pensamiento complejo del sujeto del segundo punto. curioso muy curioso.
Octavio Herrero escribe: La filosofía como lírica. ¡Es genial!
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