Primero, la institucionalización de las sociedades de convivencia. Luego, hace cuatro años, la despenalización de los casos de interrupción del embarazo practicados dentro de las primeras doce semanas de gestación.
Avances afortunados, sin duda, alcanzados por mayoría en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ya podrás imaginar, lector atento, quiénes fueron los 19 asambleístas que no sólo votaron en contra sino que, incluso, intentaron descarrilar el debate hacia la dimensión de lo irresoluto, limbo de la democracia).
Y que Ratzinger y Rivera (y sus secuaces) digan misa.
Porque ser excomulgado por la Iglesia Católica (quiero decir, por sus príncipes tenebrosos) es siempre un elogio y un honor, y garantía de que el Espíritu Santo nos ilumina y nos protege de tan macabra institución (soy, por el sacramento del Bautismo, miembro de esta vergonzosa iglesia, así que tengo voz dentro de ella y diré todo lo que se me antoje sobre nuestra madre perdida, pérfida, verdadera Puta de Babilonia, incapaz de apacentar un solo día, al menos en los recientes mil años, a las ovejas del Señor -Juan 21, 17).
Con ella fornicaron los reyes de la Tierra,
y los habitantes de la Tierra se embriagaron
con el vino de su prostitución.
Apocalipsis de San Juan (17,2)
y los habitantes de la Tierra se embriagaron
con el vino de su prostitución.
Apocalipsis de San Juan (17,2)
De vos, Pastores, se acordó el Evangelista
cuando la que está sentada sobre las aguas
putañear con reyes por él fue vista;
(...)
¿Y cuán diversos sois de los idólatras
sino que ellos a uno, y vos adoráis a ciento?
¡Ay, Constantino! ¡De cuánto mal fuiste madre,
no al convertirte, sino por aquella dote
que de ti recibió el primer rico padre!
Dante, Infierno, recinto tercero del octavo círculo,
Malebolge, vv. 106-117
cuando la que está sentada sobre las aguas
putañear con reyes por él fue vista;
(...)
¿Y cuán diversos sois de los idólatras
sino que ellos a uno, y vos adoráis a ciento?
¡Ay, Constantino! ¡De cuánto mal fuiste madre,
no al convertirte, sino por aquella dote
que de ti recibió el primer rico padre!
Dante, Infierno, recinto tercero del octavo círculo,
Malebolge, vv. 106-117
A propósito, entendí como muy humana (vanitas vanitatum et omnia vanitas) la exigencia hecha en 2007 por Jefe de Gobierno del Distrito Federal para que la curia romana le enviara a la brevedad copia de la supuesta bula que lo separaba, no de Nuestro Señor Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, sino de quienes llevan siglos medrando con su nombre.
Federico Lombardi, portavoz del Vaticano, acaba de negar, sin embargo, la existencia de una excomunión explícita. Lástima, la excomunión es un premio que bien hubiera podido presumir el joven Marcelo a sus nietos.
De cualquier manera, se trata de una excomunión latiae sententiae (es decir, automática), de acuerdo al Canon 1398 del Ius Canonicum. Además, recordemos que en su encíclica Evangelium Vitae (Teología y Moral de la Vida, 25 de marzo de 1995), Karol Wojtyla señaló que la excomunión afecta a todos los que cometen este delito conociendo la pena, incluidos también aquellos cómplices sin cuya cooperación el delito no se hubiera producido (Capítulo III, párrafo 59).
Dejemos el conflicto religioso, y pensemos mejor en cómo perfeccionar la despenalización y la protección de los derechos de las mujeres (que de esto último se trata, a fin de cuentas).
La psicóloga Olivia Tena Guerrero advierte que las adolescentes también son mujeres con derechos (y) con deseos y capacidad de disfrutar sus relaciones eróticas y sexuales. Por ello, Olivia sugiere modificaciones urgentes a la normatividad de 2002, donde aún se señala que la adolescente debe contar con permiso paterno para interrumpir su embarazo.
No he vivido la dicha de ser padre, y quién sabe si llegue a experimentarla; pero me hubiera gustado garantizar a una hija adolescente la tranquilidad de su conciencia y el respeto incondicional a su cuerpo. Por eso, estoy de acuerdo con Olivia de que la despenalización universal del aborto antes de las 12 semanas de embarazo en el Distrito Federal no debe tener excepciones.
Por otra parte, Javier Flores, secretario técnico del Programa Universitario de Investigación en Salud (UNAM), sugiere que no tenemos por qué saltar de la idea del aborto legalizado a la imagen de procedimientos quirúrgicos, sino recordar que ya existen fármacos capaces de interrumpir el embarazo con elevados márgenes de eficiencia y casi sin efectos indeseables. Uno de ellos es la combinación de mifepristona y misoprostol, cuyo uso (obligadamente bajo supervisión médica) evita la necesidad de hospitalización y, por tanto, no compromete la capacidad de los sistemas sanitarios: la persona toma en su casa una tableta (mifepristona) y 48 horas después otras dos (misoprostol). La aparición de esta herramienta farmacológica se acompaña de la desaparición gradual de las clínicas especializadas en abortos en el mundo desarrollado.
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